El pintor campesino


Jean François Millet

El arte para el que lo trabaja

No deja de extrañarnos lo difícil que nos resulta conseguir estas colecciones de pinturas que os presentamos en elDibujante.com, como esta de Millet. Es mucho más complicado que conseguir cualquiera de las películas de video que podamos pensar, haced la prueba y veréis que las cosas se complican demasiado tras las primeras cinco o diez imágenes, y no digamos si pretendemos cierta calidad y definición.

Pero mejor nos dedicamos a hablar de este gran artista a quien copiaba Vincent Van Gogh y a quien admiraban los principales filósofos de su época, que pugnaban por su amistad, a pesar de fallar en sus obras una y otra vez, porque no era buen pintor, pues no destacaba ni por su manejo del color, ni por su refinado dibujo, ni su perfecta perspectiva o exquisita técnica, pero sí había algo que todos le reconocemos: su integridad y honradez a la hora de hacer cualquier imagen, tanta que cada uno de sus cuadros parece un sueño.

Jean-François Millet nació el 4 de octubre de 1814 en la aldea normanda de Gruchy, Gréville (Manche), dentro de una familia católica de agricultores relativamente acomodados. El joven Jean-François completará sus estudios de pintura y, al parecer, su familia no habría puesto obstáculos a su vocación de pintor, enviándolo a Cherbourg en 1833 para estudiar con Mouchel, un retratista local que había sido discípulo de Jacques Louis David.

Luego estudiará con Jérôme Langlois (1779-1838) —un seguidor de Antoine Jean Gros— quien, habiendo fallecido el padre de Millet, conseguirá para el joven una beca del Consejo Municipal de Cherbourg. Así viajará a París en 1837 y será alumno de Paul Delaroche (1797-1856), pintor romántico de temas históricos. No parece haber tenido demasiado interés en este taller donde sólo veía “grandes viñetas y efectos teatrales sin verdadera emoción” y donde adquirió fama de“hombre de madera” entre sus compañeros.

Esta fama de huraño hará que Claude Monet recuerde que, en los comienzos de su carrera, un amigo desalentaba su deseo de conocer personalmente a nuestro artista,  diciéndole: “Millet es un hombre terrible, muy orgulloso y altivo; te insultará”. En París, Millet frecuentará el Museo del Louvre donde estudiará a los grandes maestros de la pintura.

En los inicios de su carrera, por dificultades económicas —además de la influencia de sus maestros de Cherbourg— se dedicará al género del retrato. Retrata a la burguesía de la zona, a la que pertenecen los miembros de la familia de su primera mujer, Pauline Ono. Sin embargo se le nota que no le gustan, a nosotros tampoco y por éso no los sacamos hoy aquí, ni siquiera parecen cuadros hechos por él.

Escribe Vincent van Gogh en una carta de 1884: “¿Por qué [Millet] rompió con sus amigos del comienzo, que sin embargo lo subvencionaban? Y Sensier habla bastante de eso como para permitir adivinar dónde le había apretado el zapato: Aquéllos consideraban a Millet como una personalidad mediocre y medían su obra con el mismo rasero. Eso le molestaba, y molestaron a Millet hasta el día en que el cántaro, después de haber ido durante mucho tiempo a la fuente, se rompió.


Sin embargo Sensier no da detalles de este período; como si hubiera comprendido que Millet, para quien esa época había sido una época molesta, prefiriera no recordarla. Sensier cuenta que Millet, cada vez que pensaba en su primera mujer y en los días penosos de antaño, se agarraba la cabeza entre las manos con un gesto que dejaba suponer que la oscuridad opaca y la indescriptible tristeza de entonces lo agobiaban nuevamente. Su segundo casamiento le produjo una mayor felicidad; pero él había roto con esa gente”.

Entre 1845 y 1848 algunas de sus pinturas mostrarán escenas pastorales, bucólicos desnudos o fiestas galantes. En ese último año enviará al Salón su cuadro El aventador (1847-48, colección particular, Estados Unidos), una obra que inaugura la pintura campesina y que obtiene éxito, en gran parte debido al clima creado por los acontecimientos de la Revolución de 1848.

Al año siguiente Millet, quien luego del fallecimiento de su primera esposa estaba unido a Catherine Lemaire, se va a vivir con su familia a Barbizon, para alejarse de la epidemia de cólera de París.

Retrato de Catherine Lemaire, su segunda esposa

En esta aldea, situada en las márgenes de los bosques de Fontainebleau y en la que vivirá hasta su muerte, se relacionará con el grupo de pintores que desde la década anterior se habían establecido allí. Los miembros de la denominada Escuela de Barbizon compartían, como sabemos, un rechazo frontal al arte de los Salones y el deseo de Rousseau de“conservar intacta la impresión virgen de la naturaleza” en sus paisajes. Millet se mantiene física y afectivamente cercano a este grupo de pintores y, aunque coincide con ellos en el rechazo al academicismo y en el interés por la naturaleza, también manifiesta una postura independiente.

No pintará al aire libre y su tema central no serán los paisajes, que sólo aparecerán como ambiente de sus composiciones. Como escenario de sus temas campesinos estará la llanura y no el bosque de Fontainebleau: así vemos en El sembrador (1850, Museum of Fine Arts, Boston), Las espigadoras (1857, Musée du Louvre, París) o El Ángelus (1857-1859, Musée d’Orsay, París), obras que el pintor enviará al Salón entre los años 50 y 60, o en Los plantadores de patatas (1862, Museum of Fine Arts, Boston).

En forma paralela Millet pintará un número importante de composiciones de tema literario y religioso, en las cuales el contenido alegórico presente en toda su obra estará más explícito. Sus obras van adquiriendo cierta repercusión (aunque no siempre positiva para la crítica).

La situación familiar y económica (tiene nueve hijos) lo lleva en 1860 a firmar un contrato con Blanc y Stevens, dos marchands belgas, por el cual se compromete a pintar veinticinco cuadros a un valor de 1.000 a 2.000 francos, de acuerdo con su tamaño. Este contrato, que se resuelve en 1866, resultará una carga pesada para el artista.

Los envíos de Millet al Salón continúan teniendo una aceptación dispar: su Gran esquiladora de 1861 recibe elogios generalizados casi por primera vez en su carrera, pero dos años después, El hombre de la azada (1863, colección particular, Estados Unidos) provocará un escándalo. No a toda la crítica le agradaba su simpatía por el socialismo.

Entre 1865 y 1869 se dedica a la técnica del pastel realizando una serie de dibujos que están entre lo mejor de su producción. En 1866 se instala en la localidad de Vichy, por problemas de salud de su mujer, y se refuerza su interés por el paisaje. Millet realiza en esta época sus cuadros más optimistas.

En los últimos años su obra comienza a ser reconocida. La Exposición Universal de 1867 ofrece una retrospectiva del artista y, un año después, es condecorado con la Legión de Honor. A pesar de este reconocimiento tardío en su vida, el 20 de enero de 1875 muere y deja a su familia en una situación económica difícil. Pocos años después, su obra El Angelus es vendida a un comprador estadounidense, con ello comienza un tumultuoso éxito.

Textos de Cecilia Heredia


10 comentarios (+¿añadir los tuyos?)

  1. catalina sanchez buendia
    Abr 19, 2011 @ 19:56:43

    que narración es impresionable como nos sitúa
    dentro de la historia y que no quieres que se
    termine y no se como felicitarle, por su maravilloso
    trabajo, gracias le deseo lo mejor, un abrazo.

  2. Fina
    Abr 19, 2011 @ 19:59:31

    ¡Hola! últimamente no he hecho comentarios, pero he metido estrellitas. Sigo intentando captar la esencia y descubrir los fallos, pero ¡ni modo! Lejos de frustrarme he decidido que mi ineducable ignorancia sea casi, casi una bendición: mi capacidad de asombro y admiración es infinita.
    He hecho una mini selección de pintores y obras – realismo e hiperrealismo – que he colgado en mi facebook. Por supuesto hago saber de donde me viene a mi tanto conocimiento jeje Muchas gracias.
    p.s. Vi en un comentario que te han ‘compartido’ en el facebook. ¿El blog tiene página en facebook? yo no lo he encontrado 😦

    • Juan Muro
      Abr 20, 2011 @ 10:12:52

      Hola Fina:
      Pues no dejes de leer elDibujante y ya verás cómo al final terminas aprendiendo a detectar los fallos y los aciertos en esto del dibujo, la pintura y la ilustración.
      La verdad es que el blog no tenía una página en Facebook, pero gracias a tu sugerencia ya la tiene. Puedes acceder a ella a través del lateral del blog o buscándola en Faceook como «El Dibujante».
      La verdad es que cuando en Facebook ‘compartes’ lo que haces es publicitar un enlace, habitualmente de un comentario, así que es algo que puede hacer cualquier persona pero que es muy ‘pasajero’. Hacerte fan de la página es mejor, pues recibes notificaciones cuando se publica algo en ella.
      Saludos
      Juan Muro

  3. klimtbalan
    Abr 19, 2011 @ 20:29:01

    Es impactante ver el original de La pastora con su rebaño en el Musée d’Orsay de París. La interpretación de la luz que hace Millet es casi increíble.
    Mira, mira….http://klimtbalan.wordpress.com/2010/12/12/pastora-con-su-rebano-jean-francois-millet-1814-1875/
    Saludooos

    • Juan Muro
      Abr 20, 2011 @ 10:18:48

      De nuevo volvemos a coincidir, ¡cuánto me alegro!. Muy bonito el comentario en tu blog sobre La Gran Pastora, aunque yo no estoy nada seguro de que la modelo pudiese ser su hija. En realidad Millet tuvo nueve hijos de su segundo matrimonio, pero no usaba modelos, pues sus imágenes son meras ensoñaciones. De hecho no creo que tuviera la habilidad de conseguir el parecido necesario para ser buen retratista, causa directa de que sus retratos sean tan malos, y no solo que no le gustasen las personas retratadas. Este ha sido un bulo que acompañó a este cuadro durante una época, igual que el otro que decía que el cuadro de ‘El Ángelus’ en realidad reflejaba la escena del entierro de un niño, para lo que se pidió al Louvre que hiciera radiografías en busca de pentimentos, inexistentes claro.
      Un abrazo

      • klimtbalan
        Abr 22, 2011 @ 13:29:46

        Pues no estoy yo tan informada en estos temas como vos, el comentario que puse lo coguí prestado de la página del museo Orsay. Ellos sabrán. jaja. muchos besos.
        Hemos coincido en algún artista más por ahí, como por ejemplo COSTA DVOREZKY. Qué buen gusto tenemos!!

      • Juan Muro
        Abr 22, 2011 @ 17:11:50

        Bueno, bueno, si lo dicen los expertos del Orsay me rindo, ja,ja,ja. No, no es cierto, no me rindo, si ellos lo dicen son ellos quienes tienen que probarlo, hasta entonces las cosas que se hablan sobre los grandes autores no pasan de ser eso, habladurías.
        De lo que estoy feliz es de coincidir contigo en algunos artistas. Ya sabes que te copiaré en cuanto tenga tiempo porque eres muy buena eligiendo, jejejeje. Un abrazo.

  4. Daniel
    May 02, 2011 @ 21:03:54

    Estimado Juan Muro.

    comienzo por felicitarte por la iniciativa del blog inducido a fomentar y difundir el legado de artistas de su tiempo como Millet.Razones abundantes de merecido reconocimientos a aquellos artistas que han sido capaces de mostrar las realidades muy duras de sometimientos e injusticias que la historia mucho después ha reconocido ,pero que estos artistas sufrieron el mismo trato esclavista , de las monarquias y de la iglesia.Vale la difusión del arte de todo tiempo ,pero también el de hoy ,no debe dejarse de difundir sobre todo ,si este arte dice mucho de nuestras vidas ,de estas realidades que hoy nos toca vivir .Y para ello posiblemente como en la época de Millet «maestros como Alejandra Osado ,la pintora internacional humanista,que reciente falleciera la edad de 50 años , nos dejan mucho en el alma .Con solo poner en google su nombre ,sabrás que Millet como la pintora Alejandra Osado,han tenido un gran talento para ser artistas contra las adversidades
    que han debido soportar.

    Un abrazo ,con estima.

    Daniel

    • Juan Muro
      May 02, 2011 @ 21:59:06

      Vayan por delante nuestras condolencias por el fallecimiento de Doña Alejandra Osado. Lamentamos su pérdida en la medida que siempre que un artista nos deja queda un vacío, y también lamentamos desconocer profundamente la obra de tan insigne persona.
      Como habrá tenido ocasión de comprobar, Don Daniel, en elDibujante.com no solo incluimos artistas sino técnicas, procesos, curiosidades y hasta noticias relacionadas con el mundo del dibujo, la ilustración y la pintura. Ciertamente un mundo demasiado amplio para nuestras escasas y pobres capacidades, por lo que nos vemos obligados a elegir y obligadamente quedan fuera siempre algunos autores que quizás merecieran estar más presentes que otros. Es nuestra la responsabilidad y el privilegio de elegir a quiénes nos referimos y esperamos siempre hacerlo con un criterio de que sea de agrado general.
      Atentamente
      Juan Muro