Los Pintores Vagabundos


Los sirgadores del Volga, de Repin, supuso una importante denuncia pública de las duras condiciones de trabajo de este gremio.

Peredvízhniki, comúnmente conocidos como «los vagabundos» o «los itinerantes«, fueron un grupo de artistas realistas rusos que, en protesta contra las restricciones académicas, formaron una cooperativa de artistas, y fuera de los cauces oficiales organizaron sus propias exposiciones de pintura por todo el país, lo que evolucionó en la Sociedad para las Exposiciones de Arte Itinerantes (TPHV) en 1870.

Inundación de Primavera. Levitan

Más

La terrible historia de Feodosia Morozova


Boyarynya Morozova

Óleo sobre lienzo. 304 x 587 cms. 1887

Vasily Ivanovich Surikov, uno de los pintores más importantes de Rusia en el siglo XIX, fue bisabuelo de los famosos directores de cine ruso Nikita Michalkov  (el de Ojos Negros, El Barbero de Siberia…) y Andrei Konchalovsky (el de Runaway Train), –sin que con ello queramos decir que lo de ser artista se hereda, pero ya hablaremos de esta familia-. En esta pintura, que se llama «Boyarynya Morozova» y se expone en la Galería Tretiakov de Moscú, nos cuenta el traslado al exilio Siberiano de la muy noble y beata Fedosia Morozova, convertida a la secta de Los Viejos Creyentes, quienes aún hoy la veneran (en Argentina aún quedan algunos) como mártir con el nombre de Teodora. Pero para entender el martirio debemos retraernos unos años: Más

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE NUMANCIA


A la búsqueda de la identidad nacional

Alejo Vera Estaca. 1880.

Óleo sobre lienzo. 432×317 cms.

El cuadro que contemplamos hoy llamado “Los últimos días de Numancia”, aunque también “La toma de Numancia”, fue realizado por Alejo Vera en 1880 en Roma, ciudad en la que estaba pensionado en la Real Academia de Bellas Artes de España en Roma y precisamente este trabajo constituyó en todas sus fases los ejercicios obligatorios que hubo que presentar para la concesión de la prórroga de la beca. Fue presentado en la Exposición nacional de 1881, en la que ganó la Medalla de Plata, que fue conmutada por la Gran Cruz de Isabel la Católica y el cuadro comprado por el Estado por 12.500 pesetas, una pasta.

Nos cuenta el pintor de Viñuelas, Guadalajara, los momentos en los que las tropas de Publio Cornelio Escipión Emiliano “El Africano Menor” consiguen penetrar en la ciudad de Numancia, (cuyas ruinas están a unos pocos kilómetros de la capital de Soria), a la que pusiero sitio levantando un cerco de nueve kilómetros compuesto por fosos, torres y empalizadas. Tras trece meses de hambruna, enfermedades y contínuos ataques la gran mayoría de los numantinos prefirieron suicidarse antes que ser sometidos como exclavos por las tropas romanas, un relato que nos cuenta en primera instancia Plinio el Viejo, y más tarde Estrabón y Ptolomeo. Más

Las hijas del Cid


O las excusas para desnudos

Dióscoro Teófilo Puebla Tolín 1871

Óleo sobre lienzo 231 x 308 cms.

«Mujeres apaleadas por dos caballeros que huyen a lo lejos»

Este subtítulo irónico figuraba en el catálogo de la Exposición de 1871 en la que este lienzo de Puebla Tolín recibió algo más que amargas críticas, básicamente por su amaneramiento y extrema dulzura, en tratándose de tan escabroso tema el que toca, como los maltratos de género, (femenino). El cuadro no consiguió premio alguno en la Exposición, pero tras una medalla de consolación, el pintor recibió del Estado español 8000 reales por el lienzo, que se expone ahora en el Prado. Pero ¿que hacen dos tetudas sufrientes amarradas en pleno bosque?: Más

Cómo se prepara una imagen


La rendición de Granada

Francisco Pradilla. 1882.

Óleo sobre lienzo 330 x 550 cms

«Yo no estoy contento sino de la tonalidad del aire libre como conjunto, de haber conseguido detalle dentro de éste, y de la disposición general como perspectiva exacta y como ceremonia».

Bueno, quizá el propio pintor no estuviera muy contento con el resultado de su obra, pero al parecer el resto de españoles sí lo estuvieron y aún lo están, tanto que ésta obra es sin lugar a dudas la joya más preciada de la colección artística que se guarda en el Palacio del Senado en Madrid y seguramente también la más espectacular y asombrosa que un pintor español llevó a cabo dentro del género de pintura histórica en el siglo XIX, motivo más que suficiente para recomendarte que la descargues en alta definición y la observes con extremo detalle en tu programa favorito de tratamiento de imágenes, pues las imágenes que puedes encontrar facilmente por la red tienen muy mala calidad. Lo cual, sin embargo, no basta para comprender todos los pormenores de la obra y que nos contó Don Francisco Pradilla en la carta que remitió al Senado explicando el fruto de su trabajo: Más