¡A la cárcel con Egon Schiele!


EL DIBUJO ¿PATOLÓGICO?

El dibujante austríaco Egon Schiele fue un maestro del desnudo expresionista. Sus cuadros perturban casi un siglo después de haber sido pintados por insinuaciones patológicas y amorales, lo que le llevó a  prisión acusado de un delito de perversión de menores.

Unos tres mil dibujos y 300 pinturas componen el legado de su corta trayectoria vital y artística. Aunque él mismo lo negara, realizó muchas de sus obras de carácter erótico como medio de ganarse la vida. Y sin embargo, hay algo más que erotismo desinhibido y amoral en esas obras. “La obra de arte erótica posee una santidad propia”, dice Schiele. “Pinto la luz que emana de todos los cuerpos”.

Cuatro años después de su muerte, Arthur Roessler -crítico de arte al tiempo que mentor y agente de Egon- publica un supuesto diario de Schiele en prisión, del que a continuación os mostramos un fragmento, y sobre el que pesan muchas dudas sobre su autoría, pero que nos da pié a contaros la historia de este interesante personaje, un gran artista, sin duda. Tan artista que cuando él mismo preguntó a su amigo, el artista Gustave Klimt si pensaba que tenía talento, Klimt le respondió, «¿Talento?, pues sí, demasiado talento», lo que dejaba entrever el histrionismo del autor y la dificultad de separar su obra de su personalidad.

Prisión de Neulengbach, 16 de abril de 1912

¡Al fin! ¡Al fin! ¡Al fin! ¡He aquí lo que aliviará un poco mis sufrimientos! Al fin papel, lápices, pinceles, colores, para escribir y dibujar. ¡Qué tortura esas horas grises–grises, monótonas, informes, que se parecen todas, anodinas, confusas y vacías, conminado a pasarlas desnudo, despojado de todo, como un animal, entre estos muros desolados y fríos!

Alguien más débil interiormente se hubiese vuelto loco aquí, y –a la larga– también yo, a fuerza de permanecer anonadado  día tras día; por eso, cuando  fui arrancado con violencia de mi ámbito creativo, para tratar de no caer en la verdadera locura, me puse a pintar  –con mi dedo tembloroso mojado en mi amarga saliva–, paisajes y rostros en  las paredes de  la celda, sirviéndome de las manchas de la argamasa; después observaba  cómo secaban poco a poco, se difuminaban y desaparecían en el fondo de las paredes, como  borrados por  una  mano  invisible,  poderosa  y mágica. Ahora, felizmente, dispongo de nuevo de material de dibujo y con qué escribir; me han devuelto incluso la peligrosa navaja. Puedo trabajar y soportar así lo que de otra manera sería insoportable. Para conseguirlo, tuve que doblar la cerviz, me rebajé, hice una petición,  supliqué, mendigué  y hubiese  llorado  si  tuviera  que pagar ese precio. ¡Oh, Arte todopoderoso, qué no sería yo capaz de soportar por ti!

17 de abril de 1912

El 13. El 13. El 13. ¡Trece veces el trece de abril! Anteriormente, el trece no me inspiraba ninguna aprensión supersticiosa, pero he aquí que ahora el  día  decimotercero del mes se ha convertido en un día  funesto. Fue el trece de abril de 1912 cuando me arrestaron y pusieron entre rejas por decisión del tribunal del distrito de Neulengbach.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? No lo sé; mi pregunta no ha obtenido respuesta.

Las calles de Viena no retumban de gritos estridentes contra mi encarcelamiento, porque nadie sabe aún que me han infligido violencia, hecho desaparecer como a través de una trampilla. Por lo  demás,  ¿gritaría  alguien  si  se  supiera?  ¿Vendrían  en  mi ayuda? Sí, quizá G.K., y A.R., pero  los demás se esconderían mezquinamente;  en  cuanto  a T.F., se comportaría como un jesuita, pondría un semblante impasible, alzaría los hombros y se sentiría moralmente superior a ese otro que soy yo, y liberado en su fuero interno de alguien que para él es un obstáculo.

¡En el infierno! No. No el Infierno con una gran “i” mayúscula. En  un  infierno muy  preciso,  vil,  abyecto,  sucio, miserable  y humillante al que se me ha arrojado con presteza.

Polvo, telarañas, escupitajos, vaharadas de sudor, y también de lágrimas, han manchado la argamasa  sarnosa  que  se  resquebraja. En el lugar donde el catre  toca  el muro,  las manchas  son más numerosas y la cal está abrasada; trozos de ladrillos rojo sangre sobresalen allí completamente  lisos y brillan con un color graso, como pulidos. Ahora sé lo que es una fosa; todo recuerda aquí a las mazmorras. La visión de esa puerta espesa, brutal, maciza, con su enorme y sólida cerradura, que ni golpeándola con los hombros o el pie podría hacer vacilar, la mirilla con la válvula, lo que  se  llama el banco o catre armado  a partir de  toscas vigas escuadradas,  las  viejas mantas  hechas  jirones  –un  caballo se estremecería de horror si con ellas le cubriesen los lomos– que extrañamente huelen a  fenol o  lisol y a sudor de hombres con hedor a moho y  lanas animales; cuando se toma conciencia de todo eso, vivimos y revivimos todas las fosas de todos los tiempos, esos pozos de horror cavados en el suelo de las antiguas fortalezas, de los antiguos ayuntamientos, en los que se arrojaba o se dejaba pudrir a los prisioneros. Sólo el botón del timbre eléctrico sobre la cabecera del camastro desentona aquí, y hace alusión a los tiempos modernos. Y por eso sé que no sueño, que no soy presa de visiones. No, no sueño, vivo, sufro; a menos que la vida sólo sea un sueño donde se castigan severamente las pesadillas.

¡Otro día,m otro día de Mayo! (…)

¡Mi detención no es un malentendido!. Me han metido en la cárcel no a causa de esa histérica, sino -y sospecho que debido a una acusación de mi tutor- por una presunta acusación de obscenidad con menores, por pintar dibujos eróticos -es decir, obscenos- que teóricamente habría mostrado a niños, o que, en todo caso habría dejado a su alcance por descuido. ¡Al fin sé por qué me han encerrado!¡Es escandaloso, una verdadera vergüenza para Austria que algo así le suceda a un artista en este pais!.

No lo niego: he hecho dibujos y acuarelas eróticos. Pero son obras de arte, y eso puedo probarlo, y también pueden hacerlo todos los que saben algo del asunto.¿Es que otros artistas no han hecho también pinturas eróticas?. Rops, por ejemplo, solo las hacía de este tipo. Pero nadie ha encarcelado jamás a un artista por ello. Ninguna obra de arte es obscena si es artísticamente significativa: la hace obscena su dueño cuando este tiene sentimientos de este tipo. Podría citar los nombres de muchos artistas famosos, incluso el de Klimt, pero no quiero pedir perdón por ello, sería indigno de mi. Así que no lo niego. Pero digo que es falso que yo haya mostrado intencionadamente estos dibujos a niños, que yo haya corrompido niños. ¡Eso es una infamia!.

Viena, 8 de Mayo de 1912

¡Me han tenido en la cácerel 24 días! ¡Veinticuatro días o quinientas setenta y seis horas!¡Una eternidad!. La investigación sigue su innoble curso. Yo he sufrido atrozmente. Me han castigado duramente sin castigo. Durante el juicio un juez quemó solemnemente a la llama de una vela uno de los dibujos que me había confiscado. ¡Auto de fe! ¡Savonarola! ¡Inquisición! ¡Edad Media! ¡Castración, hipocresía! ¡Vamos, id a los Museos, cortad en pedacitos las grandes obras de arte! ¡Quienes repudian el sexo son individuos sucios que difaman de la manera más vulgar a sus propios padres que los han engendrado!, ¡Quienes no hayan sufrido como yo tendrán que sentirse confundidos y molestos en mi presencia de ahora en adelante!

Biografía

Su padre era jefe de estación y procedía del norte de Alemania; su madre originaria de Krumau (actualmente Český Krumlov), en Bohemia. En 1905 su padre muere y el joven Schiele es enviado a casa de un tío, el cual después de haberlo tentado inútilmente para que se dedicara a los ferrocarriles, descubre su talento artístico. Ya en esta época, empieza a pintar, en especial autorretratos.

En 1906 ingresa en la Academia de Bellas Artes de Viena, donde estudió dibujo y diseño. Frustrado por el ambiente conservador y cerrado, en 1909, abandona la Academia y funda la Neukunstgruppe. Ese año conoce la nueva teoría artística del estilo Secesión vienés, en particular a Gustav Klimt, que será para siempre modelo de admiración y un maestro muy influyente para Schiele. También Klimt le tendrá mucha estima, presentándole algunos ricos mecenas, que le asegurará una cierta estabilidad financiera como debutante en la escena artística vienesa.

En 1908, Schiele expone por primera vez, con un gran éxito. Abandona el rígido estilo de la Academia, y gira hacia el expresionismo: Junto a los retratos de amigos y autorretratos, representará el desnudo a través de una agresiva distorsión figurativa.

Tras su breve estancia en prisión, que dura menos de dos meses y que lleva consigo la destrucción por el juez de uno de sus dibjos, Schiele volvió a Viena.  Gracias a su amigo Klimt, obtuvo numerosos encargos y volvió a lo alto de la escena artística austríaca, llegando a participar en muchas exposiciones internacionales. Su producción artística se hace muy numerosa en estos momentos, en su mayoría retratos y autorretratos. En 1913 empezó a colaborar en die Aktion.

Conoció a Edith y a Adele Harms, dos hermanas de clase burguesa y tras cortejar a ambas, se casó con Edith en 1914. El matrimonio lo dotó de una nueva estabilidad y resurgió una nueva fuerza pictórica influido por la obra del pintor Ferdinand Hodler.

A los pocos días sobrevino la Primera Guerra Mundial y Egon Schiele, por pertenecer a lo que se considera la élite intelectual, no es enviado al frente. En 1918 participó con éxito en la cuadragésimonovena exposición de la Secesión de Viena, además de otras exposiciones en Zúrich, Praga y Dresde.

En otoño de 1918 la epidemia gripe española (que causó más de 20 millones de muertos en Europa) asoló Viena. Edith, embarazada de seis meses, murió el 28 de octubre. Tres días después, el 31 de octubre de 1918, Egon Schiele murió a la corta edad de 28 años. Durante el breve lapso de tiempo que separó sus muertes, Schiele realizó unos bocetos de Edith, que se consideran su última obra. Meses antes, en febrero de ese año, también había acabado la vida de su amigo y maestro Gustav Klimt.

Aquí podemos descargarnos 180 imágenes de Schiele

Ya vemos que la gran mayoría de trabajos de Egon Schiele se centran en torno al desnudo de la figura humana, entre las que la mujer sentada con la pierna levantada ha ocupado un lugar icónico en el siglo XX:

Pero también que en muchas ocasiones cualquier otro tipo de sus dibujos y pinturas han quedado relegadas a un segundo término, pero hoy, cada vez más, valoramos las obras expresionistas no solo por su significado, sino por su composición y técnicas novedosas y este aspecto hay que apreciar su  espeluznante ‘Árbol en otoño’:

Increíble dibujante capaz de interpretar mejor que ningún otro las ansias y los frustrados arrebatos de la juventud, Egon también lo hizo con sus temores y excitaciones, sus inseguridades y sus fobias.

Egon Schiele, ¡chapeau, maestro!

1 comentario (+¿añadir los tuyos?)

  1. Susana
    Dic 29, 2010 @ 09:45:45

    M A R A V I L L O S O
    por mas que lo miro, una y otra vez desde hace años, no hago más que sorprenderme, conmoverme, redescubrirlo