J.C. LEYENDECKER, ¡Pobre ilustrador rico! (1ª Parte)


Nos hemos decidido a publicar este artículo en tres partes no solo por la enorme cantidad de datos y de ilustraciones que acompañan a la vida de Joe Leyendecker,  sino también por la minuciosidad con la que hemos elaborado una biografía tan importante en la historia de la ilustración como la suya.

Joseph Christian Leyendecker nació en 1874 en Alemania y emigró con sus padres, su hermana Augusta María y su hermano Franko, a los Estados Unidos en 1882.

Como otros artistas de su generación, Joe Leyendecker, (pronunciado ‘you leiéndeica’) que así le llamaban los más cercanos, aunque en el ambiente artístico se le cita siempre como J.C. desarrolló un estilo distinto, personal y disfrutó de una carrera larga y productiva. Y también como muchos de sus contemporáneos, demostró un talento precoz, que se nutre de sus padres. En 1889 completó la educación que iba a conseguir. Su familia no pudo pagar más la educación en las artes, por lo que Leyendecker se hizo aprendiz a la edad de 15 años en  “J. Manz & Co.”, una casa de grabado en Chicago.

Tomó clases de arte por las tardes en el Instituto de Arte de Chicago. Uno de sus principales instructores fue John H. Vanderpoel, cuyos libros sobre anatomía se siguen buscando todavía de hoy. Vanderpoel estudió en Francia y trajo a la Academia de Chicago las técnicas clásicas de su instrucción. Sus esfuerzos deben haber sido eficaces, porque Joe Leyendecker adoptó rápidamente desde chico los consejos de este ilustrador tan personal en su trabajo diario.

John H. Vanderpoel

Portada del libro de Van Der Poel

 

 

 

 

 

 

 

 

Por otra parte  “J. Manz & Co.” fue una imprenta y en ese tiempo las casas de impresión proporcionaban algo más que servicios de reproducción, así que Leyendecker fue pronto requerido para diseñar carteles y anuncios para los clientes de Manz. A la edad de 19 años, se le dio la tarea de crear 60 ilustraciones para una edición de la Biblia que Manz iba a reproducir. En 1896, ganó el concurso de la Portada del Century Magazine  (¡El 2 º lugar fue para Maxfield Parrish!) lo que atrajo la atención de toda la nación sobre su obra.

Esto le llevó a realizar trabajos para otras revistas nacionales, además del trabajo interno de la imprenta para la que hizo doce de sus portadas en 1897.

El trabajo fue producido, incluso, desde  París, pues Joe y su hermano FranK, también un muy talentoso artista, viajaron a Francia en el otoño de 1896.

 

Una pintura de su hermano Frank

Allí, los hermanos estudiaron en la famosa Academia Julien y Colarossi, que ya nombramos también como centro privado de estudios de arte al que acudió Alfons Mucha en nuestro post sobre este ilustrador donde aprendieron a refinar tanto las técnicas clásicas que distinguieron su trabajo.

Por ejemplo no se les permitía que se notara la «hachure» un método de sombreado de los maestros académicos consistente en el rayado paralelo que combina rayas de lapiz de diferentes direcciones y longitudes: las formas tenían que ser representadas por delicados trazos verticales sin marcas del lápiz.

Esto es la hachure

 

 

 

Mientras estuvieron inmersos en la formación neoclásica de la Academia, los hermanos Leyendecker también se familiarizaron con los carteles publicitarios populares de artistas como Jules Chéret, Alphonse Mucha y Henri de Toulouse-Lautrec. Los Leyendeckers fueron considerados los miembros más talentosos de su clase, y Joe incluso tuvo una exposición individual de su obra en el menor de los dos salones principales de la Academia en la sede de Les Champs du Mars.

 

(La academia Julien tenía varias otras sedes, Además de los locales iniciales de la escuela en el Passage des Panoramas de les Champs du Mars, los restantes estudios estuvieron en la Rue de Berri Nº 5. En la Rue du Dragon Nº. 31, y en la Rue Vivienne Nº. 51,  ya que aunque al principio no admitió mujeres en sus aulas, a partir de 1880  no solo las admitió –por supuesto en edificos y clases separadas de los hombres- sino que también tuvieron acceso a las sesiones de poses de desnudos del natural.

 

EL COMIENZO DE LA FACTORIA LEYENDECKER

Los hermanos Joe y Frank regresaron a Estados Unidos en el otoño de 1898  y abrieron un estudio cerca de la Bolsa de Chicago. Entonces se encontraron con unos Estados Unidos rompiendo los límites de su mayoría de edad, un país puritano, pero con nuevas formas de arte y que realizaban vibrantes esfuerzos para implantarse. En la música clásica, la danza, el teatro, en la ficción, las costumbres de la época victoriana chocaban contra las nuevas tecnologías y los nuevos horizontes mentales del arte del siglo XX . Así primero en Chicago y más tarde en Nueva York,  JC Leyendecker se identificó con esta atmósfera presentada por los más jóvenes y a través de sus obras de arte publicitario, rápidamente se convirtió en el artista de mayor éxito comercial en el país.

Para sortear el uso  de la pintura de aceite, los hermanos inventaron una «fórmula secreta» – una mezcla de aceites y trementina – que era muy codiciada por otros artistas. Mezclada con la pintura, les permitía recortar el golpe del pincel como si fuera seco de pintura. Obteniendo así la velocidad y la destreza de un lápiz, con los efectos gráficos del color de la pintura de aceite. Los Leyendeckers fundieron, en esencia, el dibujo con la pintura.

Joe Leyendecker fue un estratega comercial enorme. Valorando cómo promoverse mejor a sí mismo y a su obra Leyendecker creyó que su mayor impacto como artista fue la creación de imágenes fáciles de reproducir, reconocibles de inmediato y ampliamente distribuida para que el gran público compuesto por millones de personas pudieran apreciarlas. Él se aseguró de que la gente al ver trabajo dijera: «¡Esa imagen es una Leyendecker!». De hecho, ya que los recientes avances en la tecnología de impresión y distribución había hecho de las ilustraciones un elemento básico de la industria de las revistas en rápida expansión, es justo decir que Leyendecker se convirtió en el artista comercial más exitoso en la historia americana.

Alrededor de este tiempo, JC y Frank desarrollaron una idea para obligarse a sí mismos a producir su mejor trabajo a tiempo: «Comprar más de lo que puedes darte el lujo ….

Si todos los días te tienes que salvar de la ruina, cada día tendrás que ir  a trabajar. «.

Rockwell señaló que esta creencia a favor de cantidad sobre calidad, influyó en JC para seleccionar lucrativos trabajos comerciales sobre obras que mejoraran su consideración artística a largo plazo, tales como murales. Cuando los hermanos eran jóvenes y en su camino hacia el éxito, la idea era un juego entretenido, una carrera para superarse unos a otros. Frank era un excelente artista por derecho propio, y durante un breve periodo –en el que realizó una espectacular serie de cubiertas mensuales para la revista Collier’s Weekly 1902 a 1905 – compitieron los altos perfiles artísticos de los dos. Pero Frank no pudo lograr la misma técnica de mano mágica que tenía JC y trató de compensar, por ejemplo, con la obsesiva representación de todos los detalles de la ilustración, algo que en realidad la sobrecargaba y le hacía perder frescura. Esto le llevó a trabajar a un ritmo matador – J.C. imponía un formidable ritmo de trabajo. Y cuando J.C. subió el listón por encima de lo que podía llegar Frank, el lado destructivo de su idea surgió. Frank comenzó a sufrir jaquecas y a tomar drogas (un habito, así como el gusto por la bebida, recogido en el ambiente bohemio de París), había momentos en los que no podía trabajar. Las cosas se fueron complicando con el tiempo, pero éso lo veremos en la siguiente entrega de esta apasionante historia de los hermanos Leyendecker.

(Continuará)

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